viernes, 31 de diciembre de 2010

Poema y ruido

Texto: leído y escrito por Rodrigo Flores.(El poema forma parte del libro Estimado cliente)
Ruido de fondo: Daniel Coronel y yo.
Imagen: "Apagada" de Jorge Alberto Uscanga.



miércoles, 22 de diciembre de 2010

Fui a buscarnos... pero ya nos habíamos ido






Ensayo 3



Por la boca muere el pez


1
Eso que soy. Eso que se es. Se va llenando, se va vaciando, molde moldeado a mi forma. Eso que si no está en, está entre. No entiendo la filosofía, sus filos, incisiones, no me gusta lo punzante más que en el bajo vientre, pataditas, vamos, pequeños pies, niños corriendo, en mi bajo vientre, abajo. Más bajo, no digas nada. Lo lactante sí, porque la madre y por las tetas y por este amanecer, calostro agrio, probadita del día, pámpano de la mañana. Eso que comienza con la luz, Eso que se filtra, Eso que va formándose y me forma.


2
¿Qué es Eso? ¿Tilo que cae y sedimenta? Ven, a oscuras. Bésame en el bajo vientre, y ve, ahí hay constelaciones, ve, hay mapas cambiando de ruta, ve, hay caballos, ¿hay caballos a galope?, ¿escuchas cómo corren en mi vientre?, bajo, más bajo. Pero no digas nada, no vengas aquí a decirme que lo sabes todo, porque no quiero, aunque lo sepas, sólo tócame ahí, en el bajo vientre y sé Eso que soy. Y seamos Eso, que acaso es algo, si alguien o algo nos ampara.


3
Eso no se dice. Se mira al sesgo, como se mira la luz en el párpado al cerrar el ojo.

Si lo tocas se escurre
si lo miras se pierde
si lo pronuncias tu
lengua es un pez
en la profundidad del légamo
y resbala.


Eso no se toca: quema.
Y mejor así vueltos cenizas, y mejor así vueltos escombro y mejor así
mientras más polvo.
Pero si quieres pronunciarlo no hay palabras y se presienten en la punta de la lengua
y son un pez
y se resbala
y nada, nada, nada.


4
He comenzado a ver pequeños peces en las cosas. Si te acercas a Eso, encontrarás a un pez muy pequeñito, y nada más. Las esquinas de las cosas tienen peces, los contornos de las cosas tienen peces, en mi bajo vientre hay un pez inquieto, un pez que nada y se retuerce, un pez que nada y lo revuelve todo.


5
De Eso estoy hablando. Si no me puedes entender entonces para.


6
Eso tiene un pez muy dentro, Eso es un pez. Eso es una cosa y el pez otra, pero es tan sutil la diferencia que a primera vista no puede distinguirse. Ven, acércate, pon tu mano aquí, escucha cómo todo Eso se derrumba.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Yaluna - Schweizer Kammerchor


Texto: Rodrigo Flores
Música: Fernando Carrasco



Yaluna


La luna yanura. Llorada la luna mira ya mira. Lla yora llorando. Lla luna nulada mira yo silloro, llo solo.


Yo miro llorando arrullo la luna. Miluna milina muere la luna mirala layuna nudada desnuda yendo llorando laluna anillado laluna.


Yorando llueve la luna llo miro llorando llanto yoroyoro llueve llora llanta luna chilla la llora llueve la luna.


Ay una la luna ¡Ay! Luna no llores siyoras lloyoro laluna simueres yomuro yolloro llo lanto lunada llo solo lloroyo.


Ayuna laluna yarima Ramira mirrando arrullada galana la luna ñorad añora laluna. Alla nollora yaluna nulada yo lloro yo miro yendo yalunos.


Yano aulla nollayora ya sola la lunallo mirola yunausente y muero sin luna y lloro sin llanto.


Allo sin llanto añoro la luna lamida sillada yo miro yo oro llo llanto lloyoro yo lloyoro yosolo.

martes, 14 de diciembre de 2010

Oración de la miliciana Alejandro

Brote psicótico te dicen o el Jesús del campo, te dicen Cristo o alucinación. Desnuda, Cristo, vienes, desnuda y anudada en mi garganta. Déjame lamerte con mi lengua de vinagre las heridas. Con mi lengua atea. Mi lengua lanza de miliciana. Con mi parte más endeble. Con mi venablo. Con mi ácido corrosivo, lengua de gato, déjame lamerte las sardinas, la cascada de peces que cae de tu costado, la sílaba salada de tu nombre, en tu nombre, vienes, desnuda, Cristo, y azul naciente. Vienes furiosa por el desorden de mi cuarto. Por este olor a sangre en las esquinas. Vienes y te miro. Déjame poner mi mano en tus senos arrugados para sentir qué late adentro. El desorden de mi cuarto te molesta, te pone pálida, Jesús. Déjame lavar tus pies con barbitúricos y acostarme contigo y volverme un pez en tu vientre, Jesús, ser el fruto bendito de tu vientre, Jesús. Padre Celestial, déjame entrar en tu cuerpo, en tu dualidad: tú María, tú Jesús, tú espinas en la frente y en el dorso, espina dorsal del mundo, dársenas en los ojos, Jesús, déjame prender tu pecho que es mi casa, mi cuarto está desordenado para ti, como un ramo cortado desde las raíces.

Ensayo 1