domingo, 11 de diciembre de 2011

A l t e r a c i ó n

Pinturas de Ángela Leyva 




Si decimos "rojo" (el nombre de un color) y hay cincuenta personas escuchándonos, es de suponer que hay cincuenta rojos en sus mentes. Y podemos estar seguros de que todos esos rojos serán muy distintos.

Josef Albers


Para Alejandro Tarrab y Ángela Leyva




Dilo. Di rojo. ¿Qué ves? Di amarillo. Di bilis en el cuarto de estar. Di rojo, pervierte la emoción, ponle amarillo. Ven. Palpa este amarillo reluciente. Altera el entorno. Retrata el color de adentro: el gesto primigenio, ¿qué ves? A ver, di: rojocenizaviolento, ¿qué ves? Abre mi pecho, ¿qué color? Abre mi muslo, ¿qué tonos? Vuelve al rojo. El rojo no puede ser destruido. Dilo. Di: elrojonopuedeserdestruido. Di rojo para decir por qué se siente así. Di rojo para decir tuve un conejo de felpa escondido bajo las colchas. Di que del rojo al verde todo el amarillo muere; di eso. Sumerge un verde, clava en la sombra un puñado de agujas de pino. El azul es un color frío. Pon azul en las venas. Pon azul en el rojo para que la fiebre baje. Pon blanco. Enferma el color. Pálido. Más pálido. Di blanco sobre rojo para decir que hay algo enfermo. Los colores son una alteración. Los colores son tus niños jugando con navajas. Di los colores, tus colores. Tus hijos, mosca. Tus niños enfermos.